El prestigioso Massachussetts Institute of Technology (MIT) analizó el futuro de la energía nuclear en el 2003. La conclusión fundamental de este análisis fue que el futuro de las centrales nucleares tenía cuatro problemas críticos: el alto precio, la inseguridad, los residuos radiactivos centenarios y la proliferación. Finalmente, opinaron que era necesario el abandono definitivo de la energía nuclear porque creían capcioso plantear una pequeña red nuclear para reducir las emisiones.
Algunos expertos pronucleares argumentan que la energía nuclear es una opción limpia, barata y segura para satisfacer el incremento de la demanda energética sin sufrir un aumento de los precios de los combustibles fósiles. Además, creen que reduciría las emisiones contaminantes a la atmósfera y se podría alcanzar la independencia energética. Esta discutible opinión la defienden, entre otros, José María Aznar o Felipe González.
Energía segura? Chernóbil, Three Mile Island, y ahora Fukushima se presentan como excepciones. Sin embargo, la Agencia Internacional de la Energía Atómica ha recibido más de ochocientas notificaciones de incidentes significativos. Está claro que hay un problema, la tecnología nuclear es inherentemente insegura porque siempre será vulnerable a errores humanos, a desastres naturales, errores de diseño o a ataques terroristas. Las consecuencias a la exposición de la radiactividad pueden ser la muerte, mutaciones genéticas, malformaciones, cáncer, leucemia o desórdenes en varios sistemas.
Energía limpia y barata? Las centrales nucleares generan residuos radiactivos que son peligrosos durante centenares de años y son los gobiernos, con el dinero público, quien los gestionan. El gobierno del Reino Unido ha calculado que le serían necesarios 125.000 millones de euros para desmantelar las centrales obsoletas y mantener los residuos durante 125 años. Las centrales tampoco se responsabilizan en caso de accidente. El gasto sanitario del gobierno ucraniano para paliar los efectos del desastre nuclear de Chernóbil se cifra en 55.000 millones de euros.
Existen alternativas al modelo energético insostenible y depredador actual. Y son posibles sin el peligro de las centrales nucleares. Según el informe “Renovables 2050. Un informe sobre el potencial de las energías renovables en la España Peninsular”, publicado por Greenpeace, demuestra que podríamos vivir sin energía nuclear, ni combustibles fósiles, sólo con energías renovables para el año 2050. Es posible si se apuesta políticamente por desarrollar el techo potencial y de generación de las energías renovables como la hidroeléctrica, biomasa, eólica terrestre y marina. También, la fotovoltaica integrada, la energía de les olas, la geotérmica de rocas secas, la solar termoeléctrica y de las chimeneas solares. Así pues, un mundo mejor es posible y necesario.
Eloi Pomar y Timoner
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