Me consume cada amarga dentellada suya. Sus labios nómadas, de placer y de dolor, mis venas inundan. No me importa lo que mañana suceda. Lo que ocurrió ayer, no me interesa. Mientras ella me mate con cucharadas de fuego, no me habléis, os lo ruego. Esto es amor, vicio, muerte... que más da. Sus ausencias me incitan a temblar. El latido de mi corazón sólo responde a sus paseos. No hablo nunca de ella pero, en el fondo, todos saben que la quiero. Negarlo sería como mentirle al cielo. Mi vampiresa, algunos la llamaron. Mi final, otros la bautizaron. Pero sin sus oníricos besos no soy y sin sus abrazos, perdido estoy. Sí, ella es mi caballo hasta la cima y mi morena guarida. Despedidme de ella si no la vuelvo a sentir otra vez porque aunque me está matando, hasta mi última caída, yo siempre la querré. ELOI POMAR I TIMONER
BUSINESS COACH