Parecía carnaval, todo el mundo llevaba maravillosas máscaras excepto los niños. Podía entrever que los ojos de mis compañeros y amigos sólo me miraban a mi. Me observaban enfadados porque no me enfundé mi careta. Sin la máscara, yo era diferente. Un extraño. Qué hacía yo en medio de ellos? Me sentía vacío rodeado de gente que evitaba mostrar su rostro y que hacía ver que tenían otro. La máscara no les dejaba disfrutar ni de las carícias, ni de los besos por miedo a las bofetadas. Quiero aspirar a ser feliz y no únicamente parecerlo. Los sentimientos y las reflexiones sustituirán a los intereses y a las incoherencias. Así, me embarco para buscar una isla donde encontrarme y olvidar las máscaras para siempre.
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