Muchos días pienso que los futbolistas somos gladiadores de un circo en manos de millonarios. Nuestra función es hacer olvidar a la plebe trabajadora la crisis que vivimos. Un deporte del que se habla más en prensa que de cualquier problema económico, de corrupción política, de bienestar social, de enseñanza pública,catástrofe ecológica o de sanidad. Estos pensamientos me hacen odiar el fútbol, al que he dedicado gran parte de mi vida.
Por suerte, los días como el de hoy, me hacen recordar porque amo tanto al fútbol. En estos momentos, puedo sentir el gran trabajo de equipo de mis compañeros y nuestra SOLIDARIDAD.También respiro el COMPAÑERISMO y el ESFUERZO, muy caros de oler actualmente en la sociedad más individualista y egoísta del mundo, la capitalista.
Otra de las grandezas del fútbol es la capacidad de hacer FELIZ a personas que han aparcado sus problemas durante 90 minutos. Eso sí, espero que sólo sean 90 MINUTOS para cargar pilas. Evadirnos de una realidad tan enfermiza e injusta como la actual, sólo nos crearà más infelicidad.
Yo tengo un COMPROMISO con las personas que amo. Quiero mantener la esperanza de alcanzar una sociedad justa. Donde la solidaridad, el esfuerzo, el compañerismo y el trabajo en equipo sean habituales en el trato diario entre la gente.
En el fútbol, hay muchísimos ejemplos malos, no hay más que recordar pisadas o agresiones recientes. Pero yo me quedo con esos detalles que me inspiran para defender que, los que no tenemos nada o tenemos poco, podamos VIVIR DIGNAMENTE.
Hoy estoy contento de ser futbolista. Espero que tú también estés contento con lo que haces.
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